América del Sur ha establecido un nuevo récord de incendios forestales, reportando más de 346,000 focos de calor en 2024, superando el récord anterior de 345,322 en 2007. Los incendios, particularmente severos en el Amazonas brasileño y en Bolivia, se han visto agravados por condiciones climáticas extremas, con temperaturas altas que persisten a pesar de que es invierno en el Hemisferio Sur. Miles de bomberos han sido desplegados para combatir las llamas, sin embargo, la combinación de la actividad humana y el cambio climático sigue impulsando su propagación. Las protestas públicas en Bolivia han exigido acciones urgentes, destacando el devastador impacto ambiental y los riesgos para la salud asociados con los incendios forestales descontrolados, que han degradado significativamente la calidad del aire en toda la región.