Las severas inundaciones en el este de España han resultado en más de 150 fatalidades debido a una tormenta que desató en un solo día la cantidad de lluvia correspondiente a todo un año. Los expertos señalan al cambio climático como un factor, con un aumento de las temperaturas que conduce a sistemas de tormentas intensificados, para los cuales las ciudades están mal preparadas. La tormenta, clasificada como una «dana», produjo lluvias récord, lo que desbordó los sistemas de drenaje y provocó inundaciones repentinas catastróficas en varias áreas, incluida Valencia. Se han planteado preocupaciones sobre la adecuación de los sistemas de alerta de inundaciones y la creciente frecuencia de tales eventos climáticos extremos, lo que ha llevado a discusiones sobre las adaptaciones necesarias para reducir riesgos futuros.