El 17 de junio se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una jornada que busca crear conciencia sobre la importancia de combatir estos desafíos ambientales a nivel global. Este año, se enfatiza la necesidad de implementar medidas efectivas para mitigar el impacto de la desertificación en la agricultura y la seguridad alimentaria. Se destaca que la desertificación afecta ya a más de 1.5 mil millones de personas en todo el mundo, poniendo en riesgo la sostenibilidad de los ecosistemas y la vida de millones de agricultores.
Organizaciones internacionales y gobiernos se unen para promover políticas que fortalezcan la resiliencia de las comunidades frente a estos fenómenos. En este contexto, la implementación de seguros agrícolas como el respaldo esencial para los productores es más crucial que nunca. La promoción de iniciativas como TARSIM, que ofrecen protección en el sector agrícola, se convierte en un pilar fundamental en la lucha contra la inseguridad alimentaria.
A medida que las condiciones climáticas extremas se vuelven cada vez más frecuentes, la sensibilización y las acciones colectivas son vitales para asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
